Dígame.

El valor de una pregunta puntiaguda

La pregunta que nos impulsa a decir lo que sabemos agudiza nuestro conocimiento; y, de manera similar, la pregunta que nos hace decir lo que estamos haciendo puede influir mucho en nuestra conducta. Para muchos hombres que van a la deriva en un curso de maldad que nunca se ha detenido a definir, sería bueno que alguien con una pregunta directa pudiera lograr que dijera, en palabras sencillas, lo que está haciendo. Si tan sólo se lo dijera honestamente a sí mismo, lo rechazaría con horror.

Pero no solo para despejar la bruma que oscurece un propósito indigno, sino también para remover la bruma en la que a veces se involucran buenos propósitos, una pregunta puntual puede servirnos. Hay aquellos cuya intención de hacer el bien y vivir la vida más elevada es bastante nebulosa. Si se les pudiera plantear alguna pregunta que los llevara a objetivar su propósito en el lenguaje para que pudieran mirarlo y comprenderlo, sería de gran utilidad para ellos. ( Washington Gladden. )

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