Lo-ammi: vosotros no sois mi pueblo, y yo no seré vuestro Dios.

Lo-ammi: el tipo del tercer hijo

El último período de maduración de sus pecados para los juicios de Dios, está representado bajo el tipo del tercer hijo, llamado Lo-ammi, o no Mi pueblo; señalando el tiempo de su total cautiverio por Salmanasar, por el cual Dios anuló la relación entre Él y ese pueblo, esparciéndolos entre las naciones y haciendo que dejaran de ser Su Iglesia y pueblo. De donde aprender

1. Tal es la gran paciencia de Dios, especialmente hacia la Iglesia visible, que no sólo es lento para la ira y para manifestarla mediante juicios; pero aun cuando ha comenzado a golpear, todavía espera pacientemente, para ver qué uso harán de los juicios presentes, para prevenir golpes futuros y más tristes; y en particular, pasa mucho tiempo antes de que el Señor venga a destituir a un pueblo que ha estado en pacto con Él.

2. Sin embargo, la gran paciencia del Señor es grande y admirable, pero no siempre durará para con un pueblo pecador, especialmente después de que Él ha comenzado a suplicarle, pero finalmente llegará a un período triste.

3. Sin embargo, no se deben poner límites a la libertad y eficacia de la gracia de Dios, que puede santificar y santifica las aflicciones de la Iglesia, y hacer de ellas un medio para convertirla y hacer que se adhiera más rápidamente a Él. A menudo también resulta demasiado cierto que cuando el Señor comienza a contender con ella, ella se muestra tan obstinada en el pecado, y tan incorregible e incesante en la deserción, que nada lo pone fin a ella sino su total rechazo, al menos por un tiempo.

4. La piedra angular de todo juicio sobre un pueblo es su desvinculación y la ruptura de las relaciones entre Dios y ellos.

5. Siempre que el Señor se rinda con un pueblo en cuanto a ser su Dios, hará que parezca que la brecha comenzó de su lado, y que primero lo rechazaron voluntariamente, y eligieron ese estado y condición pecaminosamente, a lo cual, y a la efectos de los mismos, los entrega judicialmente. ( George Hutcheson. )

Lo-ammi

"Vosotros no sois mi pueblo". Este es el último repudio de ellos. Antes habían sido llamados jezreelitas, y luego, por el nombre de la hija, Dios testificó que estaba alejado de ellos; bat ahora el tercer nombre es aún más grave, "Vosotros no sois mi pueblo", porque Dios aquí anula, de alguna manera, el pacto que hizo con los santos padres, de modo que el pueblo dejaría de tener preeminencia sobre las otras naciones. .

Los israelitas quedaron reducidos a una condición en la que no se diferenciaban en nada de los gentiles profanos: y así Dios los desheredaba por completo. Aprendamos, por tanto, que aquellos que están ciegos a sus propios vicios se equivocan terriblemente, porque Dios los perdona y los complace. No hay razón para que los hipócritas se feliciten por la prosperidad; por el contrario, deberían tener en cuenta el juicio de Dios. Pero aunque éstos, como vemos ser el caso, desprecian descuidadamente a Dios, este pasaje nos recuerda cuidadosamente que debemos tener cuidado para no abusar de los favores presentes de Dios. ( Juan Calvino ) .

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