El último enemigo que será destruido es la muerte.

Ver. 26. Eso será destruido ] Ya es para los santos engullidos en victoria, para que le digan, como Jacob le dijo a Esaú: "Ciertamente he visto tu rostro como el rostro de Dios". Este Esaú, la muerte, se encuentra con un miembro de Cristo con besos en lugar de fruncir el ceño, y lo guarda en casa, como lo hizo con Jacob en la casa de su padre.

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