Sois comprados por precio; no seáis siervos de los hombres.

Ver. 23. Por precio sois comprados ] Los redimidos entre los romanos debían engancharse al servicio de sus redentores y observarlos como sus padres todos los días de su vida.

No seáis siervos de los hombres ] Cuando os manden cosas prohibidas por Cristo, o cuando tiranizan vuestras conciencias, como los jesuitas, que exigen obediencia ciega. El cardenal Tolet dice: El pueblo puede merecer de la mano de Dios creer en una herejía, si su maestro lo propone; porque su obediencia es meritoria. (Casos de conciencia.) Si un sacerdote lo enseña (dice Stapleton), sea cierto, sea falso, tómelo como el oráculo de Dios. Si la Iglesia aprobara y autorizara el arrianismo o el pelagianismo, dice Erasmo (Epist. Ad Firkeimer), yo también lo haría. Pero tampoco lo haría ningún sabio.

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