Y el Señor dirija sus corazones hacia el amor de Dios y hacia la paciente espera de Cristo.

Ver. 5. Y el Señor dirige ] O rectifica vuestros corazones torcidos y afectos distorsionados, que se oponen a todo bien, hasta que Dios los endereza, κατευθυναι. Las persuasiones de los hombres no son más que la llave de una cerradura que no funciona, a menos que Dios coopere.

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