Escribí a la iglesia, pero Diótrefes, que ama tener la preeminencia entre ellos, no nos recibe.

Ver. 9. Escribí a la iglesia ] sc. De Corinto, donde Pablo bautizó a Gayo, y donde Diótrefes parece haber sido un gran maestro de secta y jefe de esos obreros engañosos que tanto despreciaban a Pablo.

Diótrefes, el que ama, etc. ] La ambición es como el cocodrilo, que crece mientras vive. ¡Qué agitación enorgulleció a Paulus Samosatenus en la Iglesia primitiva! ¡Qué continuas disputas hubo entre los obispos de Constantinopla y de Roma por la primacía, y entre los arzobispos de Canterbury y de York por la precedencia! El trato sufrido lo aprendió Zanchy en Argentina de sus ambiciosos colegas; y varios de nuestros teólogos ingleses y otros, ¡de los señores prelados! Pareus solía decir que la causa principal de todos los problemas de la Iglesia era la afectación de dominio de los eclesiásticos.

Si pudiéramos echar fuera de la Iglesia a esta ciudad problemática, dijo, había grandes esperanzas de que todos εις το θειον κηρυγμα ομοφρονως και ορθοδοξως συνδραμειν, concurriera y consintiéramos en una misma verdad. (Isidor. Pelus. IV. Efesios 54.)

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