Pero ninguna de estas cosas me conmueve, ni cuento mi vida como querida para mí, para poder terminar con gozo mi carrera, y el ministerio que he recibido del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Ver. 24. Tampoco cuento yo mi vida querida ] Singula prope verba spirant martyrium, como se dice de los escritos de Cipriano. Cuando alguien le dijo a Julius Palmer el mártir: Ojo, es un asunto difícil de quemar; En efecto, dijo, es para el que tiene el alma unida a su cuerpo, como el pie de un ladrón en un par de grilletes. Entre todas las vanas burlas de este mundo (dijo el duque de Somerset a su muerte en tiempos del rey Eduardo VI), no me arrepiento de nada más que de estimar la vida más querida de lo que debería.

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