Y cuando caímos todos a tierra, oí una voz que me hablaba y que decía en hebreo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? te cuesta dar puntapiés a los aguijones.

Ver. 14. Escuché una voz ] No solo vi una señal. Así que en la transfiguración, una voz les salió de la excelente gloria. Signo verbum est coniungendum. Dios en los sacramentos, para el avance de nuestra fe, afecta nuestros dos sentidos eruditos, como Aristóteles llama a la vista y al oído; dándonos su palabra tanto audible como visible.

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