En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: EL SEÑOR JUSTICIA NUESTRA.

Ver. 6. Este es el nombre por el cual será llamado: El Señor justicia nuestra. ] Jehová Tsidkenu. a Este es un nombre muy melifluo y dulce de nuestro Señor Jesucristo, que importa su Deidad, como lo hizo el justo Renuevo de David Jer 23: 5 con su virilidad; y además de asegurarnos que así como él ha cumplido por nosotros toda justicia, Mat 3:15 así nos ha sido hecho justicia por Dios, 1Co 1:30 y que somos hechos justicia de Dios en él.

2Co 5:21 Este único nombre de Cristo es una torre fuerte; Pro 18:10 es tal que responderá a todas nuestras dudas y objeciones, si nunca hubieran sido tantas, si tuviéramos la habilidad para deletrear todas las letras que contiene. Cipriano solía consolar a sus amigos así, Venit Antichristus, sed superveniet Christus; El anticristo vendrá, pero entonces Cristo le pisará los talones. Bien podemos consolarnos contra todos los males y enemigos con esta consideración, Cristo es "Jehová nuestra justicia.

"Dios ha" puesto ayuda sobre el valiente ", y vino a" traer justicia eterna ". Dan 9:24 ¿Por qué, entonces, debemos" temer en los días del mal, cuando las iniquidades de nuestros talones nos rodearán? . "Sal 49: 5 Domine Satan, dice Lutero en alguna parte, nihil me movent minae terrores tui; est enim unus qui vocatur Iehovah iustitia nostra, in quem credo: Is legem abrogavit, peccatum damnavit, mortem abolevit, infernum destruxit, estque O Satan, Satan tuus b - es decir, usted, sir Satanás, sus amenazas y terrores no me molestan.

¿Para que? Hay uno cuyo nombre es el Señor justicia nuestra, en quien yo creo. Él es quien derogó la ley, condenó, pecó, abolió la muerte, destruyó el infierno, y es un Satanás para ti, oh Satanás. Seguramente este valiente dicho de Lutero bien puede contarse entre las frases que un hombre buscaría, en lugar de estar sin ellas, de rodillas desde Roma o Jerusalén.

a Vocat Scriptura nomen Messiae Iehova Tsidkenu, quia erit Mediator Deus, per cuius manus consecuturi sumus iustitiam a Deo ipso, inquit Rabbinus quidam in lib. Ikharim.

b Luth., tom. iv. fol. 55 A.

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