A quien solo se le dio la tierra, y ningún extraño pasó entre ellos.

Ver. 19. A quien solo se le dio la tierra ] Noé y su piadosa posteridad (como se señaló anteriormente), a quienes Metodio y otros antiguos llaman, Mundi chiliarchos, los señores de todo el mundo, que les dio el poseedor del cielo y la tierra, como Melquisedec llamó primero a Dios, Génesis 14:19 , y de él a Abraham, otro príncipe de Dios, Génesis 22:3, como lo reconocieron aquellos paganos, y heredero de todo el mundo, Rom 4:13 En cuanto a Melquisedec (comúnmente tomado como Sem), él era rey en Salem, y ningún extraño, es decir, ningún enemigo, lo molestaba; no, no esos grandes saboteadores, Quedorlaomer y sus cómplices; éstos nunca se entrometieron con Melquisedec y sus súbditos (probablemente por respeto a su sabiduría y santidad, por lo que era famoso), no, no cuando, marchando contra los reyes de Sodoma y Gomorra, asolaron y golpearon todos los países vecinos. Tan cierto de sus súbditos y territorios fue lo que sigue aquí,

Y ningún extraño pasó entre ellos ] a saber. De manera hostil, de manera guerrera, Neh 4:15 Algunos leen: No pasa nada extraño entre ellos; como no espada devoradora, ni pestilencia que ande en tinieblas, ni destrucción que asola al mediodía, Salmo 91:6 . Como fue el reinado de Fernando III, rey de España, durante treinta y cinco años. En quibus nec fames nec pestes fuit ni regno, dice López, donde no ocurrió ni hambruna ni pestilencia (Gloss. In Prolog. Párr. 1).

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad