De su boca salen lámparas encendidas, [y] brotan chispas de fuego.

Ver. 19. De su boca salen lámparas encendidas ] Esta y las que siguen son todas expresiones hiperbólicas. Aquí lo traen como escupir fuego, como solía ser el diablo en las obras de teatro y los concursos. Y en este pasaje se conjetura que no se describe aquí a la ballena, sino al dragón marino. Sea lo que sea, debe ser un gran calor dentro de este gran pez, que envía, por así decirlo, lámparas encendidas y chispas de fuego; y debe tener un fuerte aliento sulfuroso, como los estallidos de Aetna, según esta descripción.

Aristóteles dice que la ballena es de una naturaleza ardiente y ardiente; y que tiene pulmones y respira; También tiene una tubería o un conducto en la frente, del cual arroja el agua que ha tomado, ya sea por su respiración o por comer (lib. 4, Apart. Anim. cap. 12). Esta agua transparente, así con una fuerza arrojada contra los rayos del sol, puede soportar un espectáculo de relámpagos o lámparas encendidas.

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