Entonces tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con las especias aromáticas, como es costumbre de los judíos enterrar.

Ver. 40. Con especias, a la manera de los judíos ] Para dar testimonio de su esperanza de una resurrección. En una imitación apisona de quien, también los gentiles, aunque no tenían tal esperanza, se mantuvieron con gran agitación e hicieron mucho ruido sobre el entierro decente de sus muertos. Habent et vespae favos, et simiae imitantur homines, dice Cipriano.

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