Entonces Jesús les dijo: Niños, ¿tenéis algo de comer? Ellos le respondieron, No.

Ver. 5. Niños, ¿tenéis carne? ] Esto lo dice pareciendo ser un ama de llaves, que al pasar junto a los pescadores, los llama, como dispuestos a comprar su pescado para el uso de su familia. Galeacius Caracciolus, ese noble marqués de Vico (que lo dejó todo por Cristo, prefiriendo la bendición de Dios antes que el cálido sol del mundo), iría al mercado de Ginebra y se ocuparía de su casa; lamentando nada más que no tenía los medios para mantener una casa mejor para el alivio de los pobres. Y en ese sentido sólo él deseaba ser un hombre tan grande en Ginebra como lo era en Italia. (Su vida de Crashaw.)

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