Porque os ha nacido hoy en la ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor.

Ver. 11. Un Salvador ] La palabra griega es tan enfática (como Cicerón atestigua) que otras lenguas difícilmente pueden encontrar una palabra adecuada para expresarla. Los griegos entregados por Flaminio, sonaron Σωτηρ, Σωτηρ, con tal coraje, que los pájaros, asombrados, cayeron al suelo.

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