Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

Ver. 47. Y ese arrepentimiento, etc. ] Bendito sea Dios, dice uno, que después de nuestro naufragio por Adán, hay una tabla como el arrepentimiento para que un pobre pecador nade hacia el cielo. Es un duelo por el pecado, como es offensivum Dei, et aversivum a Deo. Es commissa plangere, et plangenda non committere, como lo dice Ambrosio; lamentarse por lo que se ha hecho mal y no hacerlo más.

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