El atalaya de Efraín [estaba] con mi Dios; [pero] el profeta [es] lazo de cazador en todos sus caminos, [y] odio en la casa de su Dios.

Ver. 8. El atalaya de Efraín estaba con mi Dios ] es decir, los falsos profetas antes mencionados pretenden estar con Dios, y para él hablan, miran y actúan como si salieran del seno de Dios, o fueran tantos ángeles recién caídos del cielo; tomen sobre ellos títulos gloriosos con ese propósito, como atalayas, profetas, hombres espirituales, él. Estos títulos resultaron trampas para muchos que no los indagaron estrechamente; y especialmente porque predicaron placentia, cosas agradables, aliviaron a los hombres en sus pecados, cosieron almohadas debajo de los codos, untaron con argamasa sin templar, etc. De ahí que las personas tontas les prestaran ambas orejas (como hacen los pájaros al señuelo o al silbido del cazador) y pronto quedaron atrapadas.

El profeta es como lazo de cazador, etc. ] Los seductores tienen su pithanología, su arte para persuadir antes de enseñar, como tenían los valentinianos; son astutos e insinúan, como Zanchy testifica de Laelius Socinus, que proponiendo preguntas buscaba engañarlo, semper interrogans cuasi cuperet doceri, esforzándose por introducir en él ciertos principios peligrosos de la herejía samosateniana.

Este astuto truco lo han aprendido de ese viejo homicida, el diablo, que por estos emisarios de su gente sencilla atrapa, como el cazador hace al pájaro, echando cebos; o como el pescador, de un pez atrapa a otro, para alimentarse de ambos.

Y odio en la casa de su Dios ] Odio satánico (como en el versículo anterior), que estos malvados atalayas incitan contra los verdaderos profetas y fieles siervos de Dios. Diodati lo lleva así: Estos malvados atalayas son la principal ocasión del odio de Dios y del rechazo de su pueblo, que es por así decirlo su familia. Lutero, Wigandus y otros le dieron este sentido a todo el versículo (tomando la primera parte para referirse a los buenos atalayas).

Estos antiguos atalayas de Efraín se unieron a mi Dios y totalmente por él; pero aquellos hasta el día de hoy son una trampa, etc., y si queda alguno del linaje anterior, se han dejado para hacer el bien, y se vuelven aborrecibles, como Salmo 36:2,3 , su iniquidad se halla en ser odioso. Hay quienes traducen las palabras a modo de exclamación así: ¡ O rem odiosam et abominandam in domo Dei! ¡Oh, horrible y odioso! ¡Oh, cómo lo ha movido el diablo para incitar a tales seductores, para hacer tanto daño entre el pueblo de Dios! Hay quienes interpretan estos dos versículos, no de falsos profetas, sino de los verdaderos, a quienes el mundo loco consideraba necios y locos; siempre fuera de sí en cuanto a salvación, etc.

No es en balde que Rivet diga, Hi duo versus saris sunt iutricati, Estos dos versos son muy intrincados. Y de este octavo versículo Lutero dice que su brevedad ha causado oscuridad. Drusius también dice: Locus iste difficilior est quam vulgus existimat, Este texto es más difícil de lo que la mayoría de los hombres imagina.

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