Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte; y así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron:

Ver. 12. Como por un hombre ] Sin embargo, los anabautistas niegan el pecado original, como también lo hicieron los pelagianos de antaño, refutados por Agustín. Egranus, un predicador alemán, dijo (como informa Melancthon) que el pecado original es una mera ficción de Agustín y otros teólogos; y eso, porque no se encuentra tal palabra en las Escrituras. (Joh. Manl.) Los papistas dicen que el pecado original es el más pequeño de todos los pecados, que no merece más la ira de Dios que solo la falta de su presencia beatífica; y eso también, sin ningún dolor o tristeza mental por la aprensión de una pérdida tan grande.

Ha habido entre nosotros que han dicho que la ley no prohíbe el pecado original. Directamente, de hecho, e inmediatamente no lo es; pero está prohibido, porque está maldito y condenado por la ley. En el pecado original hay un consentimiento tácito (eminentemente) a todo pecado actual. Y algunos entienden este texto de todo pecado, tanto original como actual.

Y así la muerte, pasó a todos los hombres ] Como una sentencia de muerte para un malhechor condenado; o, como aquellas enfermedades que los médicos llaman corruptio totius substantiae; o como la podredumbre se apodera de todo el rebaño, διηλθεν.

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