Por qué. - La línea de pensamiento que sigue es sugerida por la mención que se acaba de hacer de la expiación, la reconciliación. Vemos aquí otro ejemplo de la afición del Apóstol por la teología trascendental y por el desarrollo de los misterios más profundos del trato de Dios con el hombre. La rapidez con que ideas de este tipo se agolpan en su cerebro es tal que rompe el flujo uniforme y la estructura de su oración.

Como por un solo hombre. - Esta cláusula, "Como por un hombre entró el pecado y la muerte", debería haber sido respondida por "Así que por un hombre entró la gracia y la vida". Pero surge una dificultad desde el principio. ¿Cómo se puede decir realmente que el pecado y la muerte entraron por Adán? Porque el pecado no existe sin la ley, y la ley no entró hasta Moisés. Y, sin embargo, tenemos pruebas de que el pecado debe haber estado allí; porque la muerte, su consecuencia, prevaleció durante todo este período en el que aún faltaba la ley.

El hecho era que el pecado que prevaleció entonces y tuvo efectos tan amplios y desastrosos fue el de Adán. De modo que es estrictamente legítimo comparar su caída con el acto de redención. Es estrictamente cierto decir que por un hombre el pecado y la muerte entraron en el mundo, como la vida y la gracia entraron por otro. En cualquier caso, la consecuencia fue la del acto de un solo hombre.

Por eso todos han pecado. Más bien, por eso, o porque, todos pecaron , es decir, no por su propio acto individual, sino implícitamente en la transgresión de Adán. Fueron resumidos e incluidos en él como cabeza y representante de la carrera.

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