18-23 Todo hombre es un anticristo, que niega la Persona, o cualquiera de los oficios de Cristo; y al negar al Hijo, niega también al Padre, y no tiene parte en su favor mientras rechace su gran salvación. Que esta profecía de que surgirían seductores en el mundo cristiano, nos impida ser seducidos. La iglesia no sabe bien quiénes son sus verdaderos miembros y quiénes no lo son, pero así los verdaderos cristianos fueron probados y se hicieron más vigilantes y humildes. Los verdaderos cristianos son los ungidos; sus nombres lo expresan: son ungidos con gracia, con dones y privilegios espirituales, por el Espíritu Santo de la gracia. Las grandes y más hirientes mentiras que el padre de la mentira difunde en el mundo, suelen ser falsedades y errores relativos a la persona de Cristo. La unción del Santo, es la única que puede alejarnos de los engaños. Mientras juzgamos favorablemente a todos los que confían en Cristo como Divino Salvador, y obedecen su palabra, y procuran vivir en unión con ellos, compadezcamos y oremos por los que niegan la Deidad de Cristo, o su expiación, y la obra creadora del Espíritu Santo. Protestemos contra esa doctrina anticristiana, y alejémonos de ella todo lo que podamos.

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