1-11 El apóstol se dirigió a la multitud enfurecida, con el estilo habitual de respeto y buena voluntad. Pablo relata la historia de sus primeros años de vida de manera muy particular; señala que su conversión fue totalmente obra de Dios. Los pecadores condenados son golpeados por el poder de las tinieblas, y es una ceguera duradera, como la de los judíos incrédulos. Los pecadores convencidos son sorprendidos como lo fue Pablo, no por las tinieblas, sino por la luz. Por un tiempo se ven perdidos en su interior, pero es para que sean iluminados. Una simple relación de los tratos del Señor con nosotros, al llevarnos, desde la oposición, a profesar y promover su evangelio, cuando se presenta con un espíritu y una manera correctos, a veces causará más impresión que los discursos trabajados, aunque no llegue a ser una prueba completa de la verdad, tal como se mostró en el cambio operado en el apóstol.

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