18-23 Cuando el profeta llamó al arrepentimiento, en lugar de obedecer el llamado, la gente ideó dispositivos contra él. Así, los pecadores tratan con el gran Intercesor, crucificándolo de nuevo y hablando contra él en la tierra, mientras su sangre habla por ellos en el cielo. Pero el profeta había cumplido con su deber hacia ellos; y lo mismo será nuestro regocijo en un día de maldad.

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