9 Mateo estaba en su vocación, como el resto de los que Cristo llamó. Como Satanás viene con sus tentaciones a los ociosos, así Cristo viene con sus llamadas a los que están empleados. Todos somos naturalmente reacios a ti, oh Dios; invítanos a seguirte; atráenos con tu poderosa palabra, y correremos en pos de ti. Habla por la palabra del Espíritu a nuestros corazones, el mundo no podrá retenernos, Satanás no podrá detener nuestro camino, nos levantaremos y te seguiremos. Un cambio salvador se produce en el alma, por Cristo como autor, y su palabra como medio. Ni el lugar de Mateo, ni sus ganancias por él, pudieron detenerlo, cuando Cristo lo llamó. Lo dejó, y aunque encontramos a los discípulos, que eran pescadores, ocasionalmente pescando de nuevo después, nunca más encontramos a Mateo en su ganancia pecaminosa.

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