1-8 Aquí hay juicios predichos sobre varias naciones. Mientras los macedonios y los sucesores de Alejandro estaban en guerra en estos países, el Señor prometió proteger a su pueblo. La casa de Dios se encuentra en medio del país de un enemigo; su iglesia es como un lirio entre espinas. El poder y la bondad de Dios se ven en su preservación especial. El Señor acampa alrededor de su iglesia, y mientras ejércitos de orgullosos opositores pasarán y regresarán, sus ojos la vigilarán, para que no puedan prevalecer, y dentro de poco llegará el momento en que ningún exigente pasará por ella.

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