No necesitáis que nadie os enseñe, salvo como os enseña la unción, que es siempre la misma, siempre coherente consigo misma. Pero esto no excluye nuestra necesidad de ser enseñados por aquellos que participan de la misma unción. De todas las cosas, que es necesario que sepas. Y no es mentira, como la que enseña el anticristo. En él permaneceréis - Esto se añade tanto a modo de consuelo como de exhortación. Todo el discurso, 1 Juan 2:18 está especialmente adaptado a los niños pequeños.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad