Como afligidos - Por nuestras múltiples imperfecciones, y por los pecados y sufrimientos de nuestros hermanos. Sin embargo, siempre regocijándose: en la paz presente, el amor, el poder y una esperanza segura de gloria futura. Como no teniendo nada, pero poseyéndolo todo, porque todas las cosas son nuestras, si somos de Cristo. ¡Qué magnificencia de pensamiento es este!

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