El que, sellándonos así, es una prenda, tanto una prenda como un anticipo de nuestra herencia. Hasta la redención de la posesión comprada - Hasta que la iglesia, que él compró con su propia sangre, sea completamente libre de todo pecado y dolor, y avance a la gloria eterna. Para alabanza de su gloria, de su gloriosa sabiduría, poder y misericordia.

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