Lo dejo por mí mismo - Por mi propio acto y obra libre. Tengo poder para entregarlo, y tengo poder para tomarlo de nuevo; tengo un poder original y un derecho sobre mí mismo, tanto para entregarlo como rescate como para tomarlo de nuevo, después de que se haya obtenido plena satisfacción, por el pecados del mundo entero. Esta comisión he recibido de mi Padre, la cual ejecuto de buena gana. Habló principalmente del Padre, antes de su sufrimiento: de su propia gloria, después de él.

El hecho de que nuestro Señor reciba esta comisión como mediador no debe considerarse como la base de su poder para entregar y reanudar su vida. Para ello tenía en sí mismo, como poseedor de un derecho originario de disponer de él, antecedente de la comisión del Padre. Pero esta comisión fue la razón por la que usó su poder para dar su vida. Lo hizo en obediencia a su Padre.

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