Ireneo contra las herejías Libro II

Pero como ni él, ni los principales sacerdotes, ni los gobernantes, ni los eminentes del pueblo se volvieron a Él [en la fe], sino, por el contrario, los que mendigaban junto al camino, los sordos y los ciegos, mientras que fue rechazado y despreciado por otros, según lo que Pablo declara: "Porque veis, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos entre vosotros sabios, ni muchos nobles, ni muchos poderosos, sino las cosas del mundo que eran despreciado ha escogido Dios.”[110]

Tertuliano a su mujer Libro II

alegrías?-que, de hecho, se encuentran principalmente entre los más ricos; pues cuanto más rica es una, y más inflada con el nombre de "matrona", más espaciosa casa necesita para sus cargas, como si fuera un campo en el que la ambición puede seguir su curso. Para tales, las iglesias parecen insignificantes. Un hombre rico es una cosa difícil (de encontrar) en la casa de Dios;[56]

Orígenes de Principios Libro III

La declaración, además: "Vosotros veis, hermanos, vuestra vocación, que entre vosotros no sois muchos sabios según la carne"[356].

Orígenes Contra Celso Libro III

Y quizás también de las palabras: "Porque veis, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabio; y lo vil y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que ninguna carne se jacte en su presencia;[156]

Orígenes Contra Celso Libro VI

En la actualidad, además, las Iglesias tienen, en proporción a las multitudes (de creyentes ordinarios), algunos "sabios", que se han acercado a ellos de esa sabiduría que decimos que es "según la carne". ; "[78]

Comentario de Orígenes sobre el Libro IV de Juan

El misterio de la verdad y el poder de las cosas dichas no fueron impedido por la humilde dicción de viajar hasta los confines de la tierra, ni de someter a la palabra de Cristo, no sólo las cosas necias del mundo, sino a veces sus sabias cosas, también. Porque vemos nuestro llamado,[4]

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