Orígenes Contra Celso Libro III

ni (aunque enseñado incluso por Platón) que "el hombre bueno y virtuoso camina con humildad y orden", e ignorando, además, que damos el mandato: "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que Él os exalte". a su debido tiempo; "[194]

La Carta de las Iglesias de Viena y Lugdunum "Se humillaron[38]

Comentario de Orígenes sobre Mateo Libro XII

y tomando más adelante el testimonio de Dios acerca de Él, como no pudiendo soportar el resplandor de la Palabra, se humillaron bajo la poderosa mano de Dios;[266]

Comentario de Orígenes sobre Mateo Libro XII

pero, después del toque de la Palabra, alzando los ojos, vieron sólo a Jesús y a ningún otro[267].

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