Tertuliano contra Marción Libro V

¡Cuánto honor se da a la carne en nombre de la iglesia! "Nadie —dice el apóstol— aborreció jamás a su propia carne" (excepto, por supuesto, sólo Marción), "sino que la alimenta y la cuida, como el Señor a la Iglesia"[840].

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