Tertuliano a su mujer Libro II

y se desafían mutuamente cuál cantará mejor a su Señor. Tales cosas, cuando Cristo ve y oye, se regocija. A éstos envía a los suyos la paz.[65]

Orígenes Contra Celso Libro VIII

Porque dijo a sus discípulos: La paz os dejo, mi paz os doy; y sabiendo que serían los hombres del mundo, y no los hombres de Dios, los que nos harían la guerra, añadió , "No como el mundo da la paz, yo os la doy a vosotros"[31].

Tratado de Cipriano I Sobre la unidad de la Iglesia

Entre sus divinos mandamientos y sus saludables enseñanzas, el Señor, estando ya muy cerca de su pasión, añadió éste, diciendo: "La paz os dejo, mi paz os doy"[66].

Tratado Cipriano XII Tres Libros de Testimonios Contra los Judíos

De esto mismo según Juan: "La paz os dejo, mi paz os doy"[374].

Comentario de Orígenes sobre Juan Libro VI

Esto, me parece, lo entendieron bien los servidores del espíritu profético y los ministros del mensaje evangélico; se hicieron dignos de recibir la paz que está en secreto de Aquel que siempre la da a los que son dignos y que dijo:[1]

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad

Antiguo Testamento