Ireneo contra las herejías Libro IV

un solo Dios, y proclamado el advenimiento de su Hijo, mucho más el Señor mismo nunca hubiera pronunciado palabras, unas desde arriba, y otras desde abajo, degeneradas, convirtiéndose así en maestro a la vez del conocimiento y de la ignorancia; ni jamás hubiera glorificado como Padre una vez al Fundador del mundo, y otra vez a Aquél que está por encima de éste, como Él mismo declara: "Nadie pone remiendo de vestido nuevo en vestido viejo, ni echan vino nuevo en odres viejos.”[555]

Tertuliano sobre la oración

-ha determinado para nosotros, los discípulos del Nuevo Testamento, una nueva forma de oración; porque también en esto era necesario que el vino nuevo se guardara en odres nuevos, y que se cosiera una nueva anchura a un vestido nuevo.[3]

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