Los muertos oirán la voz... y vivirán.

Principalmente la referencia es a aquellos que están espiritualmente muertos. Oirán y el Hijo les dará vida eterna. Ya era verdad que estos oyeron sus palabras y fueron vivificados. También se aplicará a los que estén en los sepulcros en la resurrección (v. 28). El poder de Cristo para dar vida se mostró en Jerusalén. poco más tarde en el caso de Lázaro.

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Nuevo Testamento