καί, Σὺ κατʼ ἀρχὰς κύριε . La cita es de Salmo 102:25-27 . La palabra “Señor” no está en el original, pero sí en la LXX.; y los cristianos hebreos que ya creían que fue por Cristo que “Dios hizo el mundo” (ver nota en Hebreos 1:2 ) no disputarían la aplicación mesiánica de estas palabras a Él, aunque los judíos no lo consideraron como un mesiánico. Salmo y nunca es aplicado así por ningún rabino.

Es una oración de los afligidos escrita en algún período tardío del exilio. Calvino (sobre Efesios 4:8 ) llega a decir de tales pasajes que el Apóstol “mediante una desviación piadosa de su significado ( piâ deflectione ) los acomoda a la Persona de Cristo”. La observación ilustra la valiente honestidad y el severo buen sentido del gran reformador: pero ningún exégeta judío-cristiano habría pensado que estaba practicando una mera mala aplicación piadosa de las palabras sagradas, o habría admitido la objeción del cardenal Cayetano de que “en una cuestión de tal importancia que era impropio usar tal argumento.” El objeto del escritor no es la prueba , lo cual era innecesario para sus lectores; deseaba ilustrar verdades reconocidas por principios admitidos.

κατʼ ἀρχάς . heb. לְפָנִים, “hacia el rostro”, es decir, de antaño. Es una frase clásica, y en la LXX. ἀπʼ ἀρχῆς o ἐν� son más comunes.

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