Ver. 12. "Y desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan. 13. Porque todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan. 14. Y si la recibís, , éste es Elías, que había de venir. 15. El que tiene oídos para oídos, que oiga.

Glosa, non occ.: Para que lo último que había dicho no indujera a nadie a suponer que Juan era un extranjero del reino de los cielos, lo corrige añadiendo: "Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos la arrebatan”.

Greg., Hom en Ev., xx. 14: Por el reino de los cielos se entiende el trono celestial, que se marchita cuando los pecadores contaminados con cualquier mala acción regresan arrepentidos y se enmiendan, entran como pecadores en el lugar de otro, y toman con violencia el reino de los cielos.

Jerónimo: Porque Juan el Bautista fue el primero que predicó el arrepentimiento a la gente, diciendo: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado"; con razón, por lo tanto, a partir de ese día se puede decir que "el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan". Porque grande es en verdad la violencia, cuando los nacidos de la tierra, buscamos una morada en el cielo, y obtenemos por excelencia lo que no tenemos por naturaleza.

Hilario: De lo contrario; El Señor mandó a Sus Apóstoles que fueran "a las ovejas perdidas de Israel", pero toda su predicación trajo provecho a los publicanos y pecadores. Por tanto, "el reino sufre violencia, y los violentos lo arrebatan", porque la gloria de Israel, debida a los Padres, anunciada por los Profetas, ofrecida por Cristo, es penetrada y retenida a la fuerza por el poder de los gentiles.

Cris.: O; Todos los que acuden a él con prisa, toman por la fuerza el reino de Dios por la fe de Cristo; por lo que dice: desde los días de Juan hasta ahora, y así los lleva apresuradamente a su fe, y al mismo tiempo añade apoyo a lo dicho por Juan. Porque si todo se cumplió hasta Juan, entonces es Jesús el que ha de venir; por lo que añade: "Todos los profetas y la ley profetizaron hasta Juan".

Jerónimo: No es que elimine a todos los profetas después de Juan; porque leemos en los Hechos de los Apóstoles que Agabo profetizó, y también cuatro vírgenes hijas de Felipe; pero Él quiere decir que la Ley y los Profetas que hemos escrito, todo lo que han profetizado, lo han profetizado del Señor. Que Él diga: "Profetizado hasta Juan", muestra que este era ahora el tiempo de la venida de Cristo; y que a los que habían dicho que vendrían, Juan les hizo saber que ya había venido.

Cris.: Luego añade otra señal de él, diciendo: "Y si lo recibís, este es Elías que había de venir". El Señor habla en Malaquías: "Os enviaré a Elías el tisbita"; [ Malaquías 4:5 ] y del mismo otra vez: "He aquí, envío mi mensajero delante de tu faz".

Jerónimo: Entonces se dice que Juan es Elías, no según los filósofos necios, y ciertos herejes que adelantan su metempsicosis, o paso del alma de un cuerpo a otro; sino porque (como está en otro pasaje del Evangelio) vino en el espíritu y poder de Elías, y tenía la misma gracia y medida del Espíritu Santo. Pero en austeridad de vida y fortaleza de espíritu, Elías y Juan se parecían; ambos habitaron en el desierto, ambos estaban ceñidos con un cinturón de pieles; porque reprendió a Acab ya Jezabel por su maldad, Elías se vio obligado a huir; porque condenó la unión ilícita de Herodes y Herodías, Juan es decapitado.

Chrys.: "Si queréis recibirlo", mostrando su libertad, y requiriendo de ellos una mente dispuesta. Juan el Bautista es Elías, y Elías es Juan, porque ambos fueron precursores de Cristo.

Jerónimo: Que Él dice, "Este es Elías", es figurativo, y necesita ser explicado, como lo muestra lo que sigue; “El que tiene oídos para oír, que oiga”.

Remig.: Tanto como decir, el que tiene oídos en el corazón para oír, es decir, para entender, que entienda; porque no dijo que Juan era Elías en persona, sino en el Espíritu.

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