¿Qué digo entonces? que el ídolo es algo que San Pablo no quiere decir aquí, como tampoco en el cap. 1 Corintios 8:4 , que un ídolo, o el dios representado por él, tiene una existencia objetiva real, o que los sacrificios ofrecidos a tales ídolos son propiedad de cualquier ser que pretenden representar. Pero a pesar de todo eso, puede presentarse como el representante de lo que tiene una existencia muy real; El reino del mal, y aquellos seres que lo mantienen.

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