entonces tendrás adoración Más bien, gloria. Sin embargo, no hace falta decir que nada está más lejos de las intenciones de nuestro Señor que enseñar mera cortesía mundana calculada. De los simples hechos de la vida de que una persona intrusa se expone a desaires justos, extrae la gran lección espiritual que tanto necesitan los altivos profesantes religiosos que lo rodeaban, que

"Humildes debemos ser si al cielo vamos;

Alto es el techo allí, pero la puerta es baja".

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