Con respecto a su carta y su sugerencia de que sería bueno que un hombre no tuviera nada que ver con una mujer, para evitar la fornicación, que cada hombre posea su propia esposa y cada mujer su propio esposo.

Ya hemos visto que en el pensamiento griego había una fuerte tendencia a despreciar el cuerpo y las cosas del cuerpo; y que esa tendencia podría desembocar en una posición en la que los hombres dijeran: "El cuerpo carece por completo de importancia; por lo tanto, podemos hacer lo que queramos con él y no importa si permitimos que sus apetitos se desarrollen al máximo". Pero esa misma tendencia podría desembocar en un punto de vista precisamente opuesto.

Podría mover a un hombre a decir: "El cuerpo es malo; por lo tanto, debemos someterlo; por lo tanto, debemos destruir por completo, y si eso no es posible, debemos negar por completo, todos los instintos y deseos que son naturales en él". ." Es esa segunda forma de ver las cosas con la que Pablo está tratando aquí. Los corintios, o al menos algunos de ellos, habían sugerido que, si un hombre iba a ser cristiano en el sentido más pleno del término, debía haber terminado con las cosas físicas y debía negarse a casarse por completo.

La respuesta de Paul es extremadamente práctica. En efecto, dice: "Recuerda dónde vives; recuerda que vives en Corinto, donde ni siquiera puedes caminar por la calle sin que la tentación te asome la cabeza. Recuerda tu propia constitución física y los sanos instintos que la naturaleza te ha dado. Te será mucho mejor casarte que caer en pecado".

Esto suena como una visión baja del matrimonio. Suena como si Paul estuviera aconsejando el matrimonio para evitar un destino peor. De hecho, está enfrentando honestamente los hechos y estableciendo una regla que es universalmente cierta. Ningún hombre debería intentar una forma de vida para la cual no es apto por naturaleza; ningún hombre debe emprender un camino en el que deliberadamente se rodee de tentaciones. Pablo sabía muy bien que no todos los hombres son iguales.

"Examínate a ti mismo", dice, "y elige la forma de vida en la que puedas vivir mejor la vida cristiana, y no intentes un estándar antinatural que es imposible e incluso incorrecto para ti siendo tal como eres".

LA SOCIEDAD DEL MATRIMONIO ( 1 Corintios 7:3-7 )

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