13 . Para aquellos que han servido bien debido a una práctica que entró en uso uno o dos siglos después de la muerte de los apóstoles, de elegir presbíteros del orden de los diáconos, este pasaje se ha interpretado comúnmente como una descripción de la elevación a un rango superior, como si El Apóstol llamó al honor de ser presbíteros a aquellos que habían cumplido fielmente el cargo de diácono. Por mi parte, aunque no niego que el orden de los diáconos a veces podría ser la guardería de la que se tomaron los presbíteros, sin embargo, considero que las palabras de Pablo significan, más simplemente, que los que han cumplido este ministerio de manera adecuada son digno de no poco honor; porque no es un empleo malo, sino una oficina altamente honorable. Ahora, con esta expresión, él insinúa cuánto le beneficia a la Iglesia que este cargo sea desempeñado por hombres selectos; porque la descarga sagrada de ella provoca estima y reverencia.

¡Qué absurdo es para los papistas sostener que, al hacer diáconos, hacen lo que Paul les ordena! Primero, ¿por qué hacen diáconos sino para llevar la copa en procesión y alimentar los ojos de los ignorantes con no sé qué ridículas exhibiciones? Además, ni siquiera observan esto; porque no se ha hecho ni un solo diácono durante los últimos quinientos años, excepto que, después de dar este paso, puede ascender inmediatamente al sacerdocio. ¡Qué descaro es alardear de elevar a un rango más alto a aquellos que han ministrado bien, cuando no confieren su sacerdocio a nadie más que a aquellos que nunca han tocado una sola parte del antiguo cargo!

Y mucha libertad en la fe. Con buena razón agrega esto; porque no hay nada que tienda tanto a producir libertad como una buena conciencia y una vida libre de crímenes y reproches; como, por el contrario, la timidez debe ser la suerte de aquellos que tienen una mala conciencia. Y si a veces se jactan valientemente de la libertad, sin embargo, no es uniforme y constante, ni tiene ningún peso. Por esta razón, describe también el tipo de libertad. "En la fe", dice él, que está en Cristo; es decir, para que puedan servir: Cristo con mayor audacia; como, por otro lado, se puede decir que aquellos que han actuado bastamente en el desempeño de su cargo tienen la boca cerrada y las manos atadas, y no son aptos para hacer el bien; porque no hay confianza, no se les da autoridad.

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