9. No mienta. Cuando prohíbe mentir, condena todo tipo de astucia y todos los artificios básicos del engaño. Porque no entiendo el término como meramente referido a calumnias, pero lo veo como un contraste general con la sinceridad. Por lo tanto, podría permitirse renderizarlo más brevemente, y no estoy seguro, pero también podría ser una mejor representación, por lo tanto: No mientas uno al otro. Él sigue, sin embargo, su argumento en cuanto a la comunión, que los creyentes tienen en la muerte y resurrección de Cristo, pero emplea otras formas de expresión.

El anciano denota: lo que sea que traigamos del útero de nuestra madre, y lo que sea que seamos por naturaleza. (438) Se desanima por todos los que son renovados por Cristo. El nuevo hombre, por otro lado, es aquello que el Espíritu de Cristo renueva a la obediencia a la justicia, o es la naturaleza restaurada a su verdadera integridad por el mismo Espíritu. El viejo hombre, sin embargo, viene primero en orden, porque nosotros nacemos de Adán, y luego nacemos de nuevo a través de Cristo. Y a medida que lo que tenemos de Adán se hace viejo, (439) y tiende a la ruina, entonces lo que obtenemos a través de Cristo permanece para siempre, y no es frágil; pero, por el contrario, tiende a la inmortalidad. Este pasaje es digno de mención, ya que se puede obtener una definición de regeneración de él. Porque contiene dos partes: la postergación del viejo hombre y la colocación del nuevo, y de estos Pablo aquí hace mención. También debe notarse que el viejo se distingue por sus obras, como un árbol por sus frutos. De ahí se deduce que la depravación que es innata en nosotros se denota por el término anciano

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