5. Por lo tanto, ese ministereth. Ahora no está hablando de la gracia de la regeneración, sino de los otros dones del Espíritu; porque un tema diferente al anterior se presenta de manera manifiesta. Les advierte que todos los dones del Espíritu Santo, en los cuales sobresalieron, son los frutos del evangelio, de ese evangelio que había sido predicado entre ellos por sus propios labios. Sus nuevos maestros los privaron de esos dones cuando dejaron el evangelio y huyeron a otro tipo de doctrina. En proporción al valor que atribuyeron a esos dones, a los cuales el apóstol aquí agrega milagros, deben adherirse al evangelio con más cuidado y resolución.

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