14. Cada uno que me encuentre. Dado que ya no está bajo la protección de Dios, concluye que estará expuesto al daño y la violencia por parte de todos los hombres. Y razona correctamente; porque solo la mano de Dios nos preserva de manera maravillosa en medio de tantos peligros. Han hablado con prudencia aquellos que han dicho, no solo que nuestra vida está en un hilo, sino también que hemos sido recibidos en esta vida fugaz, desde el vientre materno, escapando de cien muertes. Sin embargo, Caín, en este lugar, no solo se considera privado de la protección de Dios, sino que también supone que todas las criaturas están armadas divinamente para vengar su impío asesinato. Esta es la razón por la cual teme tanto por su vida si se encuentra con alguien; porque dado que el hombre es un animal social y todos desean naturalmente el intercambio mutuo, esto ciertamente debe considerarse como un hecho portentoso, que el encuentro con cualquier hombre le resultara temible al asesino.

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