13. También señaló el remedio, para que no cayeran en esta maldad, y eso era exhortarse unos a otros. Porque, por naturaleza, estamos inclinados al mal, necesitamos diversas ayudas para retenernos en el temor de Dios. A menos que nuestra fe sea levantada de vez en cuando, se postrará; a menos que se caliente, se congelará; a menos que se despierte, se volverá tórrido. Él nos pediría que nos estimulemos mutuamente mediante exhortaciones mutuas, para que Satanás no se infiltre en nuestros corazones, y por sus falacias nos aleje de Dios. Y esta es una forma de hablar que debe ser especialmente observada; porque no caemos inmediatamente por el primer asalto a esta locura de luchar contra Dios; pero Satanás gradualmente nos aborda ingeniosamente por medios indirectos, hasta que nos tiene atrapados en sus delirios. Entonces, de hecho, cegados, estallamos en una rebelión abierta. (63)

Entonces debemos enfrentar este peligro a su debido tiempo, y es uno que está cerca de todos nosotros, ya que nada es más posible que ser engañado; y de este engaño viene al fin la dureza del corazón. Por lo tanto, vemos cuán necesario es para nosotros ser despertados por las incesantes incitaciones de exhortaciones. El apóstol tampoco da solo un precepto general, que todos deben prestar atención a sí mismos, sino que también debe hacer que sean solícitos para la salvación de cada miembro, para que no sufran ninguno de los que una vez fueron llamados a perecer a través de su negligencia, y el que siente que es su deber velar por la salvación de todo el rebaño y no descuidar a ninguna oveja, realiza en este caso el oficio de un buen pastor.

Si bien se llama hoy. Ahora aplica lo que David dijo más particularmente a sus propios sujetos; porque nos recuerda que la palabra de hoy, mencionada en el Salmo, no debe limitarse a la edad de David, sino que comprende cada vez que Dios puede dirigirse a nosotros. Tan a menudo, entonces, y mientras él abriera su boca sagrada para enseñarnos, deje que esta frase venga a nuestras mentes, "Hoy, si oirán su voz". De la misma manera, Pablo nos enseña que cuando se nos predica el Evangelio, es el momento aceptado en el que Dios nos escucha, y el Día de salvación en el que nos ayuda. (2 Corintios 6:2.)

Ahora, de esta oportunidad debemos aprovecharnos; porque si a través de nuestra pereza sufrimos su paso, en adelante lamentaremos en vano su pérdida. Entonces Cristo dice:

“Camina mientras tengas la luz; En breve vendrá la noche. (Juan 12:35.)

La partícula mientras, entonces, o mientras, insinúa que, El tiempo estacional no continuará siempre, si somos demasiado perezosos para seguir cuando el Señor nos llama. Dios llama a nuestra puerta; a menos que lo abramos a él, sin duda él a su vez cerrará contra nosotros la puerta de su reino. En una palabra, demasiado tarde serán sus gemidos que desprecian la gracia que se les ofrece hoy. Como, entonces, no sabemos si Dios extenderá su llamado al mañana, no nos demoremos. Hoy nos llama; respondamos de inmediato a él, porque no hay fe excepto donde hay tal disposición para obedecer.

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