8. Alejar al diputado de la fe. No es de extrañar si el seductor busca alejar la luz, por lo que vio su propia oscuridad alejarse. (782) El mismo stour [concurso] tenemos en este día con una serie de charlatanes, que solían vender sus cigarrillos y cerrar, por todos los turnos posible, los ojos de los simples, para que no puedan contemplar el Sol de justicia, ahora resucitado. Debemos luchar con tales permisos; porque [no] siempre y en todas partes los magos presentes, que nos procuran algunos negocios, (783) Satanás empuja en let (784) suficiente, que posee nuestras mentes para alejar a Cristo, que la carne está demasiado lista para recibir. Finalmente, tanto las tentaciones del mundo como los afectos perversos de nuestra carne son tantos encantos, por lo cual Satanás deja de no derrocar la fe.

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