10. Ahora los principales sacerdotes consultaban. Ciertamente era peor que la furia loca tratar de matar a alguien que había sido resucitado de la muerte por el poder divino. Pero tal es el espíritu de vértigo con el que Satanás atormenta a los malvados, de modo que su locura no tiene fin, a pesar de que Dios debe traer el cielo, la tierra y el mar para oponerse a ellos. Así se describe esta consulta perversa, con el propósito de informarnos que los enemigos de Cristo fueron conducidos a una obstinación tan grande, no por error o necedad, sino por una maldad furiosa, de modo que ni siquiera se encogieron de hacer la guerra contra Dios; y también con el propósito de informarnos que el poder de Dios no se vio vagamente en la resurrección de Lázaro, ya que la impiedad no pudo idear ningún otro método para desterrarlo del recuerdo que perpetrando una base y asesinando a un hombre inocente. Además, dado que Satanás trabaja con su mayor fuerza para enterrar por completo, o al menos en cierta medida para ocultar, las obras de Dios, es nuestro deber dedicarnos diligentemente a la meditación continua sobre ellas.

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