8. Pero si hemos muerto, etc. Él repite esto para ningún otro fin sino para que pueda unirse a la explicación que sigue, que Cristo, habiendo resucitado una vez, no muere más Y de este modo nos enseña que los cristianos deben perseguir la novedad de la vida mientras vivan; ya que deben representar en sí mismos una imagen de Cristo, tanto al crucificar la carne como mediante una vida espiritual, es necesario que lo primero se haga de una vez por todas, y que lo último se lleve a cabo continuamente: no es que La carne, como ya dijimos, muere en nosotros en un momento, pero no debemos retrógrarnos en el trabajo de crucificarla. Porque si volvemos a rodar en nuestra propia inmundicia, negamos a Cristo; de los cuales no podemos ser los participantes excepto a través de la novedad de la vida, en la medida en que vive una vida incorruptible.

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