heb. 12:3-7. Pues considerad a aquel que soportó tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni desmayéis en vuestra mente. Aún no habéis resistido hasta la sangre, luchando contra el pecado. Y habéis olvidado la exhortación que os habla como a niños: Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor, ni la fe cuando eres reprendido por él: Porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. . Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?

heb. 12:8

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad