§ 12. SIERVOS DE CRISTO RESPONSABLES A SÍ MISMO. El AP. ha mostrado a sus lectores su verdadera posición, tan alta y, sin embargo, tan baja (§ 11); Pablo, Apolos, Cefas no son más que parte de un universo de ministerio que los espera. Pero hay que decir más acerca de los líderes cristianos , de cuyos nombres se abusa mucho en Cor [629]. Si la Iglesia ha de comprender su carácter propio, debe reverenciar el de ellos.

Ellos son sus sirvientes; no es su amo. Son su propiedad, porque son propiedad de Cristo ; y sus instrumentos ante todo. P. retoma así la línea de pensamiento abierta en el § 10, donde se discriminó el trabajo de los constructores de iglesias en relación con la edificación ; ahora se ve en su relación con Dios el Padre de Familia . Aquí yace otro y último motivo de acusación contra los partidos Cor [630]: aquellos que los mantuvieron, al aplaudir a este jefe y censurar a aquél, se estaban poniendo en el tribunal de Cristo, del cual el Apóstol los derriba.

[629] Corinto, corintio o corintios.

[630] Corinto, corintio o corintios.

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