16 Cristo Jesús es el único que ha sido vivificado. Nadie más tiene vida más allá del alcance de la muerte. La inmortalidad es Su posesión exclusiva. La gloria de la inmortalidad brilla en Él con una intensidad más allá de la posibilidad de la percepción humana. El apóstol mismo estuvo tan cerca de esto como cualquiera, pero el brillo lo cegó. Lo vio (1Co_9:1), pero apareció como una luz que sus ojos no podían soportar. En Su advenimiento, serán como Él, ya que lo verán como Él es (1Jn_3:2).

17 Se exhorta a los ricos, en contraste con los ya mencionados, que aman el dinero con la intención de enriquecerse, a que no pongan su dependencia en sus posesiones, que pueden abandonarlas en cualquier momento, sino a confiar en Dios, Quién es el único que puede hacer posible su disfrute. Su curso más rentable radica en el empleo de su riqueza en beneficio de los demás.

Esto les trae felicidad presente (porque es una bendición dar), y al mismo tiempo deposita su riqueza en el tesoro divino donde aparecerá a su cuenta en ese día. De esta manera se asegurarán la vida real, tanto ahora como por eones.

20 Todo conocimiento o "ciencia" que no está en línea con la revelación de Dios ha sido encontrado falso en el pasado y lo será en el futuro. No hay conflicto entre la verdadera ciencia y las Escrituras.

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