3 Juan el bautista fue el portero que abrió la puerta al verdadero Pastor. Muchos otros han venido afirmando ser el pastor de Israel, pero no vinieron de la manera señalada por Dios.

4 El pastor oriental nunca conduce a sus ovejas. Él los llama. No seguirán una voz extraña.

11 En Su humillación Él fue el Pastor ideal defendiendo a Sus ovejas. En Su exaltación Él es el gran Pastor, alimentándolos (Heb_13:20).

16 La dispersión, fuera de la tierra, la alcanza Pedro (1Pe_1:1), en sus dos epístolas.

22 Las Dedicaciones deben referirse a la nueva dedicación del templo, después de tres años de profanación por Antíoco Epífanes, en los días de Judas Macabeo, porque el templo de Salomón fue dedicado en el séptimo mes, que era alrededor del equinoccio de otoño, el templo de Zorobabel fue dedicado en el duodécimo mes, el comienzo de la primavera, pero Judas Macabeo mantuvo su dedicación durante ocho días, comenzando el día veinticinco del séptimo mes, en medio del invierno.

Además, ni Salomón ni Zorobabel hicieron de ella una celebración anual. Josefo lo cuenta en sus Antigüedades, libro XII, capítulo 7. Toma su relato del primer libro de los Macabeos, IV, 36-59, y del segundo libro, X,5-8. Esta fiesta no fue de designación divina y estropea la gran serie de siete fiestas que son un pronóstico profético de la historia de Israel. Estos están en dos grupos, uno de los cuales se ha cumplido, y uno aún futuro.

La Pascua, los Ácimos, las Primicias y Pentecostés son historia ahora. Las trompetas, la propiciación y los tabernáculos se cumplirán cuando Israel vuelva a estar en el cómputo de Dios. Después del milenio, que es el antitipo de los Tabernáculos, no habrá una nueva dedicación del templo. Por el contrario, el templo y su adoración serán reemplazados por la reconciliación donde no se necesita ningún ritual.

22 Las Dedicaciones fueron un aniversario humano y sentimental, que nunca se habría instituido si el pueblo no hubiera estado ciego al significado maravilloso de la serie perfecta de festivales de Jehová. Suele llamarse la fiesta de las Luces. ¡Tal fue para el ciego! pero a la

Judíos como nación, esta luz -enmendación humana de la ley y el ritual- era oscuridad, ¡y cuán grande era su oscuridad! Si nuestra fe está en el hombre y en sus obras, ¡qué vana es! Las muchas festividades de la iglesia de hoy son como las Dedicaciones, sin fundamento en la verdad, aunque puedan apelar al sentimiento religioso. Las fiestas de Dios estaban llenas de significado y fuerza espiritual, lo que ahora exige la no observancia de días y estaciones establecidas.

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